Empecemos por establecer con claridad qué es la ortodoncia. Trata de una derivación de la odontología tradicional, que se ocupa de hacer con técnica y aparatología acabada, que las piezas dentales y huesos maxilares regresen u ocupen la posición apropiada dentro de la boca. Algo que se traduce en una oclusión ideal. Una técnica que no tiene tantos años en el país, y que ya representa un antes y un después definitivo en términos de bienestar y belleza dental de los pacientes que la eligen.
Pero, ¿quiénes precisan un tratamiento de ortodoncia?
Aunque se pueda considerar que toda persona es plausible de necesitar en algún momento de su vida el uso de brackets para mejorar la estética y por ende la autoestima, lo cierto es que además, lleva consigo grandes ventajas desde el punto de vista de la salud de este órgano vital.
Son los dientes bien enfilados y distribuidos los que hacen que la dentadura pueda realizar todas las funciones mandibulares y masticatorias de forma natural y cómoda. Y los que, además, evitan el desgaste continuo de los dientes y los dolores crónicos en áreas articulares asociadas.
Un beneficio todavía más importante, desde el punto de vista del aseo, es la posibilidad de llegar con el cepillo e hilo dental a cada rincón de la cavidad, así la limpieza se ve ampliamente favorecida y esto minimiza el peligro de sufrir padecimientos, caries e infecciones serias y típicas de dentaduras más tratadas.
Y difiere, según necesidades específicas y edades en:
- La de tipo precautoria, destina a menores de edad desde muy pequeños, que se ocupa no solo de seguir el progreso dental, sino también de detectar y tratar cualquier anormalidad o desviación en la zona por medio de mecanismos extraíbles o rutinas positivas que los alejan de hábitos malos.
- La interceptiva, que se ocupa de tomar parte y encauzar de modo directo en la mandíbula ósea del chico, encaminando su normal nacimiento dental.
- La correctiva, ideal para pacientes en edad juvenil y adulta que han concluido la etapa de crecimiento y cambio de piezas, y desean mejorar su estética y salud bucal integral. A partir del uso de aparatos que los vuelven a su sitio de posicionamiento lógico, se consigue alinear y restablecer la normalidad del arco todo, y, por ende, del bienestar.
Así, si bien el costo monetario de acceso a un procedimiento de este tipo puede ser destacado, conceptualizamos que el valor real de aspecto y salubridad de la ortodoncia en la vida de las personas es mucho más grande y permanente que uno que se podría medir en dinero.
Aunque, lógicamente se evalúa al momento de tomar la decisión de invertir en ello, y de hacerlo por uno u otro. También, se debe tener presente el grado de dificultad del tratamiento, el tiempo estimado de colocación y control, la aparatología general utilizada y siempre atender al grado de expertise de quién lo va a realizar.
Corregir de base la sonrisa y volverla bonita a través del ordenamiento dental, esa es la premisa que cada día decenas de pacientes en nuestro país persiguen. La dentadura modifica el rostro y nos vuelve más agradables. Eso es muy positivo, estimulante y abre puertas. Necesaria para mejorar la higiene y salud dental, y en otros, solo por motivos sociales y de autoestima ya que muchos no se atreven a sonreír debidamente por tener unas piezas defectuosas más allá del tono, también desde el punto de vista de la colocación.
Lo cierto es que prácticamente no hay persona que no se plantee realizarlo en algún momento. Y cada vez más son los que buscan que ello no interfiera con su día a día mientras abren la boca.
En esos casos, lo que más agrada y fanatiza a los pacientes actuales es la ortodoncia invisible.
¿De qué se trata esta técnica?
Resulta un método ambulatorio y muy confortable, que viene a terminar con la sensación de molestias constantes y procedimiento nada de estética de los tradicionales brackets de todos los tiempos: los de acero inoxidable.
Igual de efectivos, pero más funcionales y cómodos, están a la cabeza de quienes quieren restablecer, o incluso ver por primera vez una dentadura armoniosa, sin aparentar que los llevan puestos, sea porque están muy expuestos en sus actividades laborales o simplemente porque no desean que se noten por motivos de pudor.
Y es entendible, los profesionales de la medicina estética ortodoncista sabemos que los pacientes prefieren cada vez más tratamientos que no afecten su calidad de vida más íntima. Por eso, la tecnología del sector se mueve hacia aparatos de enorme calidad que sean casi imperceptibles a la vista humana y los convenzan.
Ese es el caso de la ortodoncia transparente. Un método indoloro probado en hacer presión al diente de la misma manera que otros, pero ideal como alternativa para esos pacientes que, sobre todo, buscan hacer eje en la belleza dental y no tengan de antemano grandes daños dentales.
Los buenos beneficios
Luego de puestos, son casi invisibles, como su nombre, esto es, nadie notará que se llevan puestos, salvo que sean vistos desde muy cerca, ni se percibirá dolor, chirrío ni efecto traumático mientras se tienen puestos, algo mucho más común en aparatología de ligue.
Y lo que es mejor, permite poder quitarlos con simplicidad para proceder al aseo diario entre comidas o incluso para ingerirlas. También, son más limpios que los clásicos, ya que no acumulan restos de alimentos porque se puede sacar y limpiar cómodamente por separado.
Para finalizar, un ortodoncista es quien mejor evaluará como se encuentra la dentadura y cavidad bucal, y a partir de esa cita inicial, y luego de estudios programados y lectura del historial, recomendará al paciente y en conjunto, un tipo de tratamiento ideal. Si concluyen en la ortodoncia invisible, podrá ser de lo más ameno llevar estos aparatos removibles mientras dure el periodo de corrección, a la espera de la sonrisa definitiva que tanto se desea obtener.
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